Nos levantamos bien temprano para aprovechar el día, pues hoy teníamos 2 destinos: Ayutthaya y el Parque Nacional de Erawán. La recepcionista del hotel nos llamó avisando que nuestro chofer había llegado. Bajamos y nos sorprendimos al ver la furgoneta; parecía la del equipo A (algo tuneada, especialmente los bajos o faldones o como se llamen), por dentro iba muy bien equipada.

Por otro lado, el hombre no sabía ni papa de inglés. ¡Vaya plan! ¿cómo íbamos a decirle lo que queríamos entonces? Katy se pasó todo el viaje hablando por teléfono con alguien que le hacía de intérprete y para colmo no sabía el camino, de hecho dio la vuelta en varias ocasiones.

El caso es que después de hora y poco aparca y entendemos (por señas) que tenemos media hora. Estábamos en Bang Pha-In, para ver el templo de Wat Niwet Thamaprawat. En realidad eso lo descubrí después, en ese momento nos dejó allí y no sabíamos ni dónde estábamos. Había algunos puestecillos que vendían comida y gorros y me compré ¡2 por 3€! Y me vinieron de lujo para el viaje la verdad. Son ese tipo de cosas que te pones cuando no te ve nadie y no estás en España jaja. Nos acercamos a la orilla del río y vimos una especie de cesta colgante que servía para cruzar al otro lado a través de un cable suspendido y claro...para allá que fuimos, como críos super emocionados jeje.

En la otra orilla un monje se encargaba de controlar ese curioso transporte, desde lo alto de una torre "de control" por llamarlo de algún modo, a cambio de una donación. Apenas he encontrado información sobre este templo. Está al otro lado del río del Palacio Real y su principal atractivo es que posee un templo de estilo gótico "a la europea" así que nada que nos sorprenda. Ya que estábamos, entramos en la "iglesia" a que nos bendijera el monje. Nos sentamos de rodillas como hacían los lugareños (éramos los únicos occidentales) y agachamos la cabeza con las palmas juntas en señal de rezo, mientras el monje nos echaba agua de un cuenco con una especie de ramo de hojas secas. Posteriormente fue de uno en uno dándonos con las ramitas sobre la cabeza. En el caso de Sera, como no tiene pelo y el monje nos daba con ganas, pues parecía que le estaba fustigando. Como todo estaba en silencio se oían los golpes que le daba, por lo que no pude evitar abrir los ojos y mirar de reojo mientras se me escapaba la risa.

El siguiente destino fue Wat Phanan Choeng, donde pudimos ver una ceremonia en la que los fieles compraban telas naranjas que eran lanzadas a las personas que estaban sobre las manos del Buda (Luang Po To). Allí las enganchan con una cuerda hasta el hombro de éste y las devuelven a los fieles, que se cubren con ellas mientras rezan, para luego recogerlas y ser colocadas vistiendo a la representación de su divinidad. Os dejo un vídeo para que os hagáis una idea más afín a la realidad:

Probablemente la cabeza de buda atrapada por las raíces de un ficus sea la imagen mas visitada de Ayutthaya.
La entrada cuesta 40baths y a menos que estéis realmente interesados en ver el buda del árbol, mi consejo es que optéis por ir a Wat Chai Wattanaram   en su lugar, pues éste no se conserva muy bien y en el que os recomiendo se aprecian mucho mejor los detalles.


De camino a la furgoneta nos encontramos con los primeros elefantes que veíamos. Hacían paseos por la zona pero no eran muy largos y tenía planeado hacerlo en Krabi así que nos quedamos con cara de bobos mirando.
Mirad que curiosos son los tuc tuc en Ayutthaya:


Y para terminar... ¿No sentís curiosidad por conocer el motivo del ataque y expoliación de Ayutthaya? resulta que a mediados del S. XV un rey Birmano quería ser obsequiado con uno de los numerosos elefantes blancos del rey de Siam, a lo que éste se negó. Increíble ¿verdad? Una guerra por un capricho no satisfecho...
Los elefantes blancos en Tailandia son sagrados y representan el poder real. Cuantos más tenga, mayor es su estatus.
El rey actual tiene 10.
Como nunca he visto uno de ese color y sentía curiosidad he buscado uno.

Como ya he dicho...íbamos con el tiempo justo así que partimos hacia las cascadas de Erawán.



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