Xabi habla con un hombre y le dice que efectivamente es el día del Rey y que no paguemos mas de 25 bath porque la gasolina les sale gratis. El taxista de la sonrisa imborrable sigue esperándonos a lo lejos. Atento a todo, sabiendo que volveríamos jaja. Que listo el tío. Ahí en plan: " bueno, no tenéis más opción. Se que no podéis entrar y tendréis que volver". Total que nos dirigimos hacia el con las orejas hacia atrás y el rabillo entre las piernas aceptando la derrota, y mientras nos explica la ruta aparece otro. Así que nos repartimos en 2 tuc tuc para ir más cómodos. Si, nos tongaron, pero bueno, vimos el Gran Palacio igualmente y no estuvo mal.
Atravesamos una calle donde estaban manifestándose los Camisas Rojas. No me había fijado en que el tuc tuc llevaba un lazo rojo, con razón...pero bueno, lejos de pasar momentos de tensión nos reímos un montón con el de la foto. Estuvo un buen rato a nuestro lado cantando y riéndose.
El primer templo que visitamos fue Wat Intharawihan, conocido por la enorme estatua de Buda en su exterior, llamada Luang Pho To. La estatua mide 32 metros, está decorada con mosaicos vidriados y oro y alberga reliquias traídas de Sri Lanka. Se comenzó a construir en 1867 y se terminó 60 años después. La entrada es gratuita y abre todos los días.



A continuación partimos hacia "Lucky Buddha Temple".Nada del otro mundo. Después de ver al gigantón, éste nos pareció poca cosa.
A la salida aprovechamos para comprar agua en los carros ambulantes y partimos hacia una tienda de trajes a medida. Hoy era el día sin tasas...que casualidad...¡Timoooo! pero bueno, 2 de los chicos necesitaban uno para las bodas que estaban por llegar, y aquí te lo hacían a medida de un día para otro así que...de perdidos al río. Los encargaron.
Tras un rato eligiendo telas, tomando medidas y viendo catálogos volvimos a nuestra ruta. En algún momento del recorrido (puede que fuera éste mismo) paramos en una oficina de turismo para que nos informaran sobre como ir a Ayuthaya, ya que la estación de tren la tenían bloqueada por las manifestaciones. Después de un buen rato informándonos (unos 40 minutos o más) compramos una excursión a nuestra medida, pues queríamos ver Ayutthaya y el Parque Nacional de Erawán y no era posible a menos que lo hiciéramos por libre. Así que soltamos 35€ cada uno a cambio de tener un chofer y furgoneta con aire acondicionado que nos llevaría y pararía dónde y siempre que nosotros quisiéramos.Fue algo caro, pero no teníamos más opciones si queríamos ver las dos cosas. Habíamos perdido mucho tiempo con tantos infortunios y solo nos quedaba un día allí.
Las cenizas del rey Chulalongkorn se encuentran enterradas bajo la estatua. En la galería que rodea a la sala de ordenación hay 52 estatuas de buda, recopiladas por el príncipe Damrong Rajanubhab para su rey.

A la salida nuestro taxista estaba comiendo así que nos animamos a imitarle. Si él come ahí sería porque mala comida no dan. Esto es como la teoría del bar de camioneros. Así que a pesar de ver marisco sin refrigeración cuando la temperatura ambiente era de más de 30ºC pedimos un par de platos de una especie de tallarines (para ellos todo son fideos, noodles) con tofu, soja, cacahuetes...en realidad no se ni lo que llevaba; escogimos varias cosas que no fueran marisco. Aún así, tenía en mente el Fortasec que me había traido por si las moscas...que aprendí bien de la experiencia en Estambul jaja.
Por cierto, en este sitio fue donde descubrimos el invento del siglo...en los puestecitos estos que venden refrescos, tienen unos paquetes con toallas húmedas perfumadas. Pero no son toallas de estas que se venden que son finitas como un pañuelo de papel, sino toallas de material textil. ¡Como las de casa vamos! Huelen genial y refrescan muchísimo. Que hábil estuvo Katy al descubrirlas, pues en Ayutthaya comprábamos una tras otra. Cuestan 10 bath (unos 25 céntimos).
El complejo fué construido en 1782 y está dividido en 2 partes. Una corresponde al templo de Wat Phra Kaeo (templo del buda esmeralda) y otra al Palacio Real, que fue la residencia oficial durante 150 años. Hoy día es una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad, considerada una visita obligada.
Todo lo que en el palacio se ve color dorado, es pan de oro. Sorprende ese contraste entre la ciudad, de aspecto gris, sucia, vieja y pobre, y el palacio, donde el sol hace que todo reluzca ensalzándolo aún más.

En el interior del ubosot principal de Wat Phra Kaew no dejan hacer fotos. Además hay que tener especial cuidado en no sentarse con los pies mirando hacia el buda, pues se considera una ofensa. Es el templo budista más importante de Tailandia y en el exterior se ve como realizan multitud de ofrendas con flores e incienso. El buda esmeralda que lo habita es una estatua de color verde oscuro de unos 66 cm. Nadie puede acercarse a ella, salvo el rey.
Al contrario que otros templos, no contiene ningún lugar para que los monjes lo habiten, sino que sólo tiene edificios sagrados, estatuas y pagodas con una rica decoración.
Son como bonsays gigantes, perfectamente podados que le dan una armonía impresionante. Me transmitía serenidad, quizás porque ya era hora de cerrar y casi no quedaba nadie.
Vimos un pabellón de armas y a la guardia real desfilando para recogerse. En esta ciudad hasta ellos son pequeñitos jeje. Al fin me sentí comprendida :P
Quedaba poco tiempo y aquí ya lo estaban cerrando todo así que fuimos corriendo para Wat Pho.A la salida del palacio los taxistas son superinsistentes.

Wat Pho (web aquí


De todos los sitios que habíamos visitado hasta ahora este fue el único en el que sentí que había demasiado turismo. En los de esa misma mañana habíamos estado solos o con lugareños. Quizás también el hecho de que el Buda ocupara todo el edificio de puerta a puerta hacía que la sensación de poco espacio se hiciera mas latente.
Wat Pho no solo es el Buda recostado sino que tiene varios templos en su recinto que merece la pena visitar. Aquí también hay figuras de guardianes y filósofos por los patios, chedis, oro cubriendo cornisas y filas de budas por cualquier rincón.
Wat Pho no solo es el Buda recostado sino que tiene varios templos en su recinto que merece la pena visitar. Aquí también hay figuras de guardianes y filósofos por los patios, chedis, oro cubriendo cornisas y filas de budas por cualquier rincón.
El día estaba siendo agotador así que nos íbamos al hotel para descansar flotando en la piscina mientras decidíamos como organizar las pocas horas que quedaban. Optamos por ir a los centros comerciales de la zona moderna. El Siam Paragon es el más lujoso de Tailandia; tiene hasta coches deportivos en una de sus plantas y en su sótano está el acuario más grande de Asia. Nuestros "amigos" los camisas rojas estaban apretando fuerte por lo visto, porque habian cortado la calle y los centros comerciales permanecían cerrados. ¡Que faena! todo nos estaba saliendo al revés.
Al final de la calle vimos el MBK abierto, pero solo nos dió tiempo a echar un vistazo rápido. Compramos algunos souvenirs fuera y entramos en un japonés a cenar. ñam ñam. ¡Que bueno estaba! En tailandia comía mucho mejor que en Singapur y en el avión. Y además me estaba volviendo una experta con los palillos :D

Como curiosidad os dejo una foto de lo que muchos tienen por mascota en Tailandia.




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